Banco de ricos para pobres

UN BANCO PARA LOS POBRES EN COLOMBIA:

El premio nobel Yunus, propone un modelo complementario del microcrédito que denomina “un Banco para los pobres”, esto es sin DUEÑOS, reinvierte sus utilidades y promueve el crédito a “negocios sociales”. Este concepto introduce la urgencia de diseñar, implementar y gestionar recursos para proyectos y actividades rentables, sostenibles y de contenido social.

Ese modelo, para sorpresa de muchos, ya lo tuvo nuestro país durante más de 30 años y se llamó FES, Compañía de Financiamiento Comercial. ¿Qué era la FES CFC? La más importante compañía de financiamiento comercial del país, una empresa social sin DUEÑO, una ONG, una entidad financiera rentable que conjugaba dos funciones que parecen opuestas: dar recursos con INTERÉS o crédito y dar recursos con DES-INTERÉS o aportes sociales. EL mecanismo financiero que activaba esta relación eran los fondos con contrapartida que asociaban los proyectos sociales con el producido patrimonial de la Compañía de financiamiento. Este interesante y ejemplar modelo permitía atender con recursos mensuales a más de 450 entidades sociales y entregar anualmente a precios de hoy cifras superiores a $60.000MM para proteger la vida y mitigar la pobreza.

La FES era una entidad financiera con corazón e irrigaba por sus vasos recursos sociales. En una silla estaba el vicepresidente financiero y en la otra el vicepresidente social. No era un modelo de acumulación de capital sino de riqueza.

Pues bien, el 28 de febrero del 2002 el gobierno expidió su partida de defunción y ordenó su liquidación, precisamente porque NO TENÍA DUEÑO, para desconcierto de la propuesta del premio Nobel. LA FES como entidad vigilada por administrar recursos estaba sometida a las reglas del Estatuto orgánico del sector financiero y exigía en el momento de una crisis generalizada de la economía, un tratamiento específico y con ello una ley que la protegiera y no fue así. ¿Por qué? No hubo voluntad política del presidente pastrana y su ministro Juan Camilo Restrepo y la convirtió en una entidad pública para liquidación, no hubo liderazgo empresarial regional -tan usual- que la sostuviera, ni hubo una opinión pública y peor aún una comunidad de ONG´s que la defendiera; se extinguió prácticamente en silencio. Habrá muchas razones, pero sin duda el país no ENTENDIÓ el alcance y las bondades de ese proyecto que inició en 1964 en la Universidad del valle por un grupo de empresarios que aportaron $1.000 c/u, entre ellos estaba el padre del actual ministro de Hacienda Ocampo.

 

¿Cómo imaginarse un BANCO PARA LOS POBRES?

Refundando el modelo de la FES. ¿Como? El Balance es el siguiente:

  • PATRIMONIO: Aportes del Estado, a través de grupo bicentenario y la Banca privada, todos y cada uno, vía -y son ejemplos- participación patrimonial sustituible de inversiones forzosa o computables dentro del patrimonio técnico y participaría la empresa de grandes patrimonios que adquiera bonos capitalizables a perpetuidad y descontables de renta durante un período.
  • PASIVO: Captación de CDT´s, bonos ordinarios y “bonos sociales a perpetuidad” que estarían conformados por donaciones para proyectos sostenibles donde por cada $70 recibidos, el banco aporta $30 para un fondo permanente de contrapartida con rendimientos derivados de los resultados operacionales del Banco (vinculado al IBR). Igualmente se titularizarían proyectos en el mercado público de valores para fortalecer la BVC y crear comunidad de inversionistas en negocios sociales.
  • ACTIVO: El modelo es de la especie Corporación Financiera, vigilada por la Superfinanciera, créditos con fondo de garantías a tasas de interés de mercado con destino a proyectos de inversión social, rentables y sostenibles. Antes que el microcrédito personal se sugieren créditos organizados a grupos de personas por sectores vulnerables: negocios populares, vivienda VIS, emprendimientos agrícolas articulados a la reforma agraria o empresas de madera plástica articulados a grupos de recicladores y más. En suma, proyectos de inversión social, rentables y sostenibles que se irriguen territorialmente a la población vulnerable a través de la red de bancos socios, cooperativas, y corresponsalías entre otros.

Esta es una invitación para que se forje un proyecto de economía popular, con una alianza público-privado en su etapa temprana al estilo de la doctora Mazzucato, y más privado que público en su operación y que permita fortalecer la solidaridad e implementar una empresa financiera viable y socialmente rentable.

Refundemos la FES y llamémosla Banco de los pobres, un laboratorio de negocios populares de la gran empresa del país, sin dueños o mejor aún donde todos seremos sus dueños.

 

Gabriel Suarez L.

Gerente General

 

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