LOS ALIVIOS FINANCIEROS PARA EMPRESAS EN CRISIS
LA ESPADA DE EXCALIBUR, Capítulo II.
La analogía de los alivios financieros y la espada incrustada es correcta. Una espada incrustada en una piedra reduce sus potencias a un mero adorno. Ya no amenaza a nadie y no defiende a nadie; por eso el mito de levantarla consiste es recuperar sus fuerzas.
Los alivios financieros de que trata las leyes de recuperación empresarial sirven para eso, para rellenar los decretos con promesas cuya potencia no tienen sentido práctico, y así es.
La fuerza de estos decretos, no obstante, su triste historia la tienen los mal llamados Bonos de riesgo. Triste porque se está repitiendo la legislación de 1999 donde, ellos, los mismos Bonos, no cumplieron absolutamente ningún papel durante sus 7 años de vigencia. Pero ellos que deben llamarse de recuperación empresarial, deben ser replanteados como una nota estructurada, es decir inmunizados ante posibles pérdidas y sustituir el riesgo como probabilidad de pérdida, por un riesgo financiero como dispersión de rentabilidad.
¿Cómo movilizar los Bonos de riesgo en nuestro mercado para que no sean parte de una roca muerta?
El mercado financiero colombiano está administrado prácticamente con la filosofía de las entidades de crédito. El mercado de valores, entonces, sufre de esa lógica bancaria, que ha perdido la fuerza que tuvo años atrás donde las firmas independientes jugaban un papel en los negocios, quedando atrapado de rentabilidades AAA que no apetece a los inversionistas de manera amplia ni da espacio a empresas medianas, no obstante, recientes e interesantes esfuerzos con resultados vía Fintech, apoyados Fondo Nacional de Garantías; y esa es su gracia.
“La economía está debilitada y proporcionar estímulos adicionales conlleva riesgos”, dice el nuevo codirector del Banco República, Mauricio Villamizar.
Y en efecto la Banca está cansada y contagiada en sus balances y el déficit del gobierno es significativo en medio de una actividad económica frágil.
En este ambiente se deben abrir varios caminos y precisamente la mirada hay que llevarla a las potencias del mercado público de valores que hoy están atrapadas de cálculos tímidos y un exceso de moderación que podríamos homologar a las buenas maneras de una aristocracia obsoleta e inútil.
Los Bonos de Riesgo: un instrumento capaz de mover las fuerzas necesarias para darle un alivio financiero a las empresas, ayudándoles a salir de la crisis.
Liberar los Bonos de Riesgo de su prisión es liberar la espada incrustada. La respuesta está en el rey Arturo. ¿Quién es el Rey Arturo? Esto parece un juego de niños:
El mercado público de valores
Gabriel Suarez
Gerente General, Márgenes SAS